
2 enero, 2017
Barrera dental para el sexo oral en los genitales femeninos y el ano
¿Existe una forma de desayunar con diamantes, económica y placentera? Suena bien, pero resulta que es todavía mejor. Y es que sin ser yo Audrey Hepburn, el otro día pude hacer realidad todo esto gracias al nuevo masajeador de Bijoux Indiscrets.
Se llama Twenty One y está diseñado para disfrutar del orgasmo más glamouroso que jamás hayas tenido.
La verdad es que yo lo había visto varias veces por internet y siempre me preguntaba qué podría ser. Me debatía entre un frasco de colonia, un ambientador, un pisapapeles y creo que hasta pensé que podría ser simplemente un adorno en el que guardar cosas dentro a modo de joyero. ¡Yo qué iba a saber que eso era un vibrador! El caso es que cuando me propusieron probarlo me pareció una gran idea. Total, que me lo enviaron a casa.
Llegó el gran día y junto a otras cositas monas (de las cuales os hablaré en otro post) envueltas en un papel dorado estaba el objeto que pronto iba a proporcionarme el placer que buscaba. No os creáis que venía por ahí suelto desperdigado por la caja, no. Venía envuelto cual joya recién comprada en Tiffany’s.
Tanto la presentación como la estética del producto me encantaron a primera vista (ya sabéis que yo me fijo muchísimo en eso y que casi podría decir que compro más por la vista que otra cosa). El caso es que la sensación visual tan agradable que me supuso el primer contacto y la atracción que me suscitó fueron las causantes de que mi nivel de motivación para usarlo en mi intimidad se disparara todavía más si cabe. Pero llegó la gran duda. ¿Cómo me pongo yo esto?
La verdad es que la sutileza de su forma no dejaba muy claro cómo y por dónde tenía que colocarme eso hasta que se me encendió la bombilla (me pasa pocas veces, pero cuando tengo momentos de lucidez se me ocurren ideas buenas, lo juro). <<¡Ahá, la forma es perfecta para colocar una de las caras del diamante sobre el clítoris!>> Y así fue como lo utilicé, sola y en pareja. Un día mi novio me preguntó qué era lo que tenía en la mano, así que le expliqué qué era y contestó <<Venga, vamos a probarlo. Al lío>>. Es bonito y a la par peculiar verte y que te vean estimulándote con una joya (y tener un novio tan dispuesto a todo también, hay que decirlo).
Tiene hasta 7 modos de vibración y 3 intensidades de vibración. Yo jugué con todas, claro.
Es muy fácil y cómodo de recargar (lleva cable USB, a tope de mordeno), y además es sumergible, ¡estoy deseando irme a un hotelito que tenga jacuzzi para probarlo en el agua!